viernes, 16 de enero de 2015

¿Cuál es el precio justo de una aplicación?

¿Cuál es el precio justo de una aplicación?



Todos estamos de acuerdo en que los desarrolladores son gente humana que necesita comprar comida, pagar el alquiler y satisfacer todas esas cosas de la pirámide de Maslow, y que para ello tienen todo el derecho del mundo a sacar rendimiento económico de sus aplicaciones, pero en ocasiones encontramos casos un tanto abusivos ¿Cuál debería ser el precio de una aplicación?
Es evidente que no todas las aplicaciones deberían costar lo mismo. Nada tiene que ver, por ejemplo, un conversor de unidades con un juego con graficazos en 3D y veinte horas de duración, lo que hace un tanto complicado establecer un baremo claro de cual es el coste aceptable de una aplicación para smartphone y/o tablet.
Aplicaciones que cuestan demasiado con alternativas más económicas
Todo depende, evidentemente, de las funciones que nos permita la aplicación y de si hay alternativas que nos ofrezcan algo similar por menor precio o de forma gratuita. Un ejemplo claro lo tenemos en Falcon Pro 3, la última versión de este magnífico cliente de Twitter, adaptado a Material Design.
Sin embargo, nos encontramos que por el momento esta tercera versión es poco más que una Beta, con multitud de opciones que estaban disponibles en sus encarnaciones anteriores todavía no disponibles. Pese a esto, para poder agregar una cuenta de Twitter, debemos pagar 3,38€ y 1,69€ a partir del segundo.
Un precio evidentemente excesivo teniendo en cuenta que existen alternativas como la aplicación oficial o como Hootsuite que son completamente gratuitas. Además, hay que recordar que las anteriores versiones de Falcon también eran de pago, por lo que muchas personas pueden encontrar excesivo pagar dos veces por algo que la competencia les ofrece gratis.
De forma similar a la de Falcon Pro, recientemente ha habido un buen revuelo acerca del Monument Valley y su expansión de pago, y cómo ha sido afectado por la piratería. El juego cuesta 3,59 y para disfrutar de su expansión Forgotten Shores había que pasar de nuevo por caja, 1,79€, lo que causó una furibunda reacción por parte de algunos usuarios.
De nuevo, aquí debemos recordar que desarrollar una aplicación, actualizarla y expandirla, cuesta tiempo y que los desarrolladores tienen la manía de necesitar comer. En este caso la expansión ofrecía nuevos niveles y por lo tanto nuevas horas de entretenimiento a un precio que no resulta excesivamente elevado, a diferencia del Falcon Pro 3 que por ahora ofrece poco más que un lavado de cara.
Juegos que pueden parecer caros pero que en realidad no lo son tanto
Otro caso que también puede echar para atrás a algunos usuarios, aunque en menor medida, son algunos juegos que ya tienen unos añitos en otras plataformas que son adaptados a Android y lanzados por precios como los 8,99 euros que cuestan los Baldur's Gate, cuando en Amazon podemos encontrar el juego y su secuela para PC por 12,05€.
Un caso similar podría ser el de Caballeros de la Antigua República, que cuesta 9,99 -aunque ahora pueda ser adquirido por 4,08 como promoción de lanzamiento, aunque en este caso encontrar el juego más barato no resulta sencillo, en Steam cuesta también 9,99.
También los Final Fantasy que triunfaron en la NES y Snes han sido readaptados a Android y lanzados por precios superiores a los 12€. Sin embargo, aquí hay que tener en cuenta que no se trata de simples ports del juego, sino que sus gráficos han sido readaptados por completo. Una búsqueda en Amazon basta para ver que hacernos con el Final Fantasy VI, la mejor entrega de la saga, difícilmente nos saldrá por menos de 30€.
Las cosas valen lo que el comprador está dispuesto a pagar
Otro elemento que abunda en la Play Store y en muchas ocasiones enmascarado como aplicaciones gratuitas que luego nos hacen pasar por caja con compras in-app son los paquetes de iconos y wallpapers, que normalmente ponen a nuestra disposición unos pocos de forma gratuita y una amplia colección de pago.
No hablamos de launchers que aportan nuevas funcionalidades y que realmente ayudan a mejorar tu teléfono,simplemente de una cuestión estética. ¿Merece la pena pasar por caja por ello? Tal vez veas unos iconos que te enamoren locamente y no puedas vivir sin ellos, pero lo más plausible es que tu vida pueda seguir igual sin ellos.
Mientras Pablo Iglesias no lo cambie, vivimos en un mundo donde el precio lo marca la vieja ley de la oferta y la demanda. Eso quiere decir que las cosas valen, básicamente, lo que el comprador esté dispuesto a pagar. Por suerte en Play Store hay competencia suficiente para que el usuario tenga alternativas más que válidas y en muchos casos gratuitas, por lo que si el precio de una aplicación te parece excesivo, lo mejor que puedes hacer es buscar un producto similar porque es muy posible que encuentres alternativas.
Lo que sí que no es de recibo es denegar a los desarrolladores el derecho a sacar provecho de los productos que lanzan, en los que invierten tiempo y esfuerzo, exigirlo todo gratis, sin publicidad y que ellos vivan de la fotosíntesis.

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