Seis consejos para que tu red Wi-Fi sea más segura
Sabemos que conectarnos a una red Wi-Fi pública conlleva una serie de
riesgos, y que debemos protegernos y tomar precauciones. Aunque no siempre lo
hagamos. De lo que no solemos ser tan conscientes es que esos mismos riesgos
son aplicables a las redes Wi-Fi domésticas. Bajo la seguridad que nos ofrece
el hogar, no nos damos cuenta de queexisten
las mismas amenazas, y que un router inalámbrico doméstico puede ser atacado
también. Por ejemplo, si descuidamos los permisos de la red, podemos estar
invitando a que los ciberdelincuentes se hagan con el control del router, y de
esa forma robarnos, o pero aún, cometer delitos a través de él.
Para evitar problemas, la empresa de seguridad Kaspersky Lab ofrece siete
consejos para reforzar la seguridad:
· Cambiar
la contraseña del administrador. Un grave error que cometemos muchas
veces es utilizar las contraseñas que vienen definidas por defecto. Si esto se
une a alguna vulnerabilidad no crítica o una conexión inalámbrica abierta, los
ciberdelincuentes podrían hacerse con el router. Para evitarlo es recomendable
cambiar la contraseña preestablecida por una más compleja.
· Desactivar
la administración remota. Un acceso abierto a la interfaz del router puede
convertirse en un problema. Aunque los fabricantes sólo suelen permitir el
control LAN del dispositivo por defecto, no siempre es así. Comprueba si esa
interfaz está disponible en Internet. Para desactivar la administración remota,
normalmente, deberás desactivar una casilla o introducir la dirección 0.0.0.0
en el campo adecuado. Es bueno también bloquear el acceso al router, siempre
que tu conexión lo permita, a través de los protocolos Telnet o SSH.
· Deshabilitar
la emisión del SSID. La ID de tu red Wi-Fi (SSID) se transmite a todo el mundo, como regla
habitual. Para evitar que cualquiera pueda conocer tu ID, desmarca esta opción.
Tu red no será hackeada tan fácilmente pero deberás introducir la SSID cada vez
que un dispositivo se conecte.
· Usar un
cifrado de confianza. Dejar tu red abierta a que los vecinos se conecten puede ser un acto de
generosidad pero también puede acarrearte graves problemas ya que uno de ellos
puede utilizar tu conexión para robar tus datos personales o para cometer algún
delito cibernético contra otros y la policía te buscará a ti. Es recomendable
habilitar el cifrado WPA2 y establecer una contraseña fuerte.
· Si no
es necesario, desactívalo. Esta es una regla universal. Hoy en día, los
routers, además de permitirte acceder a Internet, también tienen diferentes
protocolos para interconectar y alinear dispositivos conectados como son Plug
and Play (UPnP) o DLNA. Así, el riesgo de que el software sufra ataques por
posibles vulnerabilidades por alguno de ellos, disminuirá. Y si después
necesitas alguno, sólo tienes que volver a activarlo.
· Actualiza
el software. Uno de los errores más comunes es no hacer un seguimiento de las
actualizaciones del firmware, lo que implica no tener las últimas versiones del
mismo que, habitualmente, incluyen parches de seguridad contra
vulnerabilidades, que suelen ser la puerta de entrada de los cibercriminales.
Para mantenerte actualizado, simplemente descarga la imagen del firmware, haz
una copia de seguridad de la configuración del router, ejecuta la actualización
y restaura la configuración. Como siempre, realiza las descargas desde páginas
web oficiales y no confíes en recursos sospechosos.
· Usa el
sentido común. Ser sensato a la hora de actualizar y usar tu red Wi-Fi doméstica
disminuye las posibilidades de que ésta sea hackeada pero no lo garantiza al
100%. Por ello, como con el resto de tu equipo informático es conveniente que
seas prudente y uses una buena solución de seguridad que permita comprobar el
nivel de seguridad de tu red inalámbrica y te asesore sobre cómo configurar los
ajustes correctos.
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