Qué es importante considerar al comprar un televisor
HD, LED, LCD, HDMI, MDMA. ¿Qué significa todo
esto? ¿1080p o 1080i? Quién diría que para comprar un televisor se deben tener
habilidades en química y algebra. Atrás quedaron los sencillos tiempos cuando
lo que importaba era que fuera a color y estereo. Nada más.
Conectabas el Nintendo por el coaxial y a jugar a veinte centímetros de la
pantalla, con unas Pizzerolas a tu lado derecho y un Frutsi al izquierdo. Ahora
los televisores están llenos de puertos y opciones extrañas y si no configuras
bien la resolución se ve todo pixelado y con colores raros.
O tal vez no es que no lo hayas configurado bien, sino que no te fijaste en
las especificaciones cuando lo compraste y ahora estás atrapado para siempre
con un televisor que se ve terrible y te tiene amarrado por doce meses sin
intereses. ¿No te hubiera encantado saber, hace dos semanas cuando fuiste a
comprar un televisor, qué es importante considerar al comprar uno? No te
preocupes, todavía estás a tiempo de regresarlo y pagar la diferencia (o hasta
recibirla), una vez que uses nuestra guía para comprar un televisor y no morir
en el intento.
1. Conoce tu pantalla
El primer paso es saber qué es lo que vamos a estar viendo. Algunos tipos
de pantalla se ven mejor desde cierto ángulo, otras iluminan más y sufren si la
luz ambiental es alta. Piensa en dónde vas a colocar tu televisor y entonces
considera las diferencias de cada tipo de pantalla dependiendo de tus
necesidades.
La primera es el ya clásico y económico televisor de plasma. Si lo que
quieres es ver películas en tu estudio, con cortinas gruesas que no permiten la
entrada de la luz del sol, en una pantalla enorme que se vea bien desde
cualquier ángulo, los televisores de plasma pueden ser para ti. Sólo que hay
dos problemas. El primero es que a la larga te va a salir más caro, pues devoran
luz como trolls de montaña. El segundo problema es que este año se dejaron de
manufacturar en todo el mundo, así que los que quedan son los que hay y nada
más.
Otro dinosaurio viviente es el simple LCD o pantalla de cristal líquido,
sin LEDs. No lo recomiendo. Ni siquiera hablaremos al respecto. ¿Para qué si
los LCD LED valen lo mismo y se ven mil veces mejor?
Entonces tenemos el LCD LED. Lo más probable es que tu compra vaya en esta
dirección. Es el tipo de monitor más popular que hay en este momento, se ve
bien, tiene buen contraste y no consumen tanta luz como los de plasma ni los
LCD ancestrales. De preferencia busca los que tengan “local dimming”, que hace
que la luz ambiental sea irrelevante. El ángulo de visión no es tan amplio como
el de los televisores de plasma, pero sí más que los LCD convencionales.
Y finalmente, si tienes los billetes, la última opción es un OLED. Son
LEDs, pero no es cristal líquido sino otra cosa. Los LEDs tienen color, así que
consumen menos energía la mayor parte del tiempo y, como el negro se puede
hacer simplemente apagando los LEDs, tiene el mejor rango de contraste posible.
Lamentablemente tienen un ángulo de visibilidad bajo, así que no son los
mejores televisores para un mini cine pese a su calidad increíble de imagen.
También son bastante costosos.
2. El tamaño importa muchísimo
Sí, es un cliché, y lo siento mucho pero es real: el tamaño importa. Cuando
hablamos de televisores es quizá lo que más importa. Y hay que decirlo de otro
modo: más grande siempre es mejor. En realidad no existe una razón para que tu
televisor no sea lo más grande posible, hasta donde llegue tu bolsillo y tu
espacio. Claro, sé razonable, no vas a comprar un televisor de 55 pulgadas para
el baño.
Para una habitación un televisor de 33 pulgadas puede ser de
suficientemente buen tamaño. Pero para una sala o un estudio, alrededor de 55 a
66 es el mejor tamaño, así como el mejor costo por pulgada. Claro, si te
encuentras una de 80 por el mismo precio, considéralo con calma: si cabe, si no
la vas a tener a cinco centímetros de la cara, entonces cómprala. Aunque entre
mejor resolución tenga también más cerca te puedes sentar sin ver los pixeles,
así que el tamaño y el espacio pueden ser relativos, pero eso lo veremos en la
siguiente sección.
3. Resolución
Para empezar, ni se te ocurra comprar nada con menos de 1080p de
resolución. Si es un televisor de 21 pulgadas para tu escritorio quizá no
importe tanto que tenga una resolución de 720 pixeles, pero de cualquier modo
hazte un favor y consigue el de 1080. Y si se trata de una pantalla para tu
cine casero entre más alta la resolución es mejor. Si tienes el dinero para
comprar 4K UHD, ¿por qué no hacerlo? Si no lo tienes, recuerda: nada por abajo
de 1080p.
Al mismo tiempo, la resolución funciona al revés. Entre más alta sea, más
pequeños serán los pixeles, por lo que puedes acercarte más a la pantalla antes
de que la imagen se convierta en pequeños bloques de Minecraft. Eso quiere
decir que si compras un televisor con resolución 4K, no necesitas sentarte más
lejos que si compras uno con 1080p. Podrías incluso sentarte más cerca y
sentirte más envuelto por la poderosa imagen que tienes al frente que hace que
la realidad se vea barata.
La regla general es sentarte a una distancia de tres veces la altura de la
pantalla si tu televisor es HD, o a tan sólo 1.5 la altura de la pantalla si tu
televisor es 4K UHD. Quizá no haya tantas cosas en 4K todavía pero no es
necesario esperar para sacarle provecho.
4. Usa los hertz, Luke
Algo que seguramente no se te ha escapado si eres gamer es el refresh rate
del televisor. Pero si no sabes qué es o no estás seguro de su importancia, te
diré que es hora de abrir los ojos a la verdad. La frecuencia de actualización
de una pantalla, sea un televisor o un monitor, es la velocidad a la que se
pueden reemplazar las imágenes. Se mide en Hertz, que indican cuántas veces por
segundo se refresca una imagen. También se puede pensar como los cuadros que
puede transmitir por segundo de un video (o juego de video). Y, como con el
tamaño, entre mayor sea mejor.
Por ejemplo, si tu televisor tiene una frecuencia de actualización de 60Hz
y pretendes jugar en tu nueva computadora con dos GTX 1080 a 120 cuadros por
segundo, simplemente no vas a poder. No importa qué tan potente sea tu máquina,
si la pantalla no tiene la capacidad de refrescar a tal velocidad la imagen no
le vas a sacar provecho. Quizá no lo vas a notar con muchas películas, que son
grabadas a tan sólo 24 cuadros por segundo, pero sí con grabaciones más
recientes. Desde la GoPro hasta deportes, y video UltraHD, todos se están
moviendo a velocidades más altas de grabación. Entre más alto sea el rango de
refrescamiento de tu televisor, mejor se verán estas imágenes. Si encuentras
una de 120 o 144 Hz, no lo pienses dos veces, sobre todo si quieres usarlo para
jugar de vez en cuando.
5. Puertos y más puertos
¿Ves cómo esa laptop que compraste porque era súper ligera y liviana y
práctica te rompe más la cabeza cada que tienes que conectar dos cosas por USB
pero no puedes porque sólo tiene un puerto? Eso también te pasará con tu
televisor si no consideras cuántas cosas le vas a conectar. Si tienes dos
consolas, un Blue-Ray y un DVD extra multirregionales, un sistema de sonido
dedicado, a veces conectarás tu laptop, televisión por cable (¿quién sigue
viendo eso?), y quién sabe cuántas cosas más, entonces necesitas muchos puertos
HDMI. Todos los puertos HDMI.
Simplemente, entre más maneras tengas de conectarle cosas, más sencilla
será tu vida. No olvides revisar bien esto, porque no hay nada más frustrante
que llegar a casa a estrenar tu televisor nuevo con tu Blue-Ray de Deadpool
para celebrar las Fiestas Patrias y que resulte que tienes que volver a la
tienda departamental a buscar un adaptador y un cable. Para mí, mínimo 4 HDMI o
no lo compro. Y si es un televisor 4K, asegúrate que tenga puerto HDMI 2.0, que
es el soporta UltraHD, y que tenga compatibilidad HDCP 2.2.
6. Color y calidad de imagen
El último punto importante a considerar. Y también el más difícil de
conseguir. ¿Cuál es la mejor calidad de imagen? Esto puede ser un gran
problema, pues para poder juzgar bien la calidad de imagen de un televisor es
necesario calibrar la pantalla. Mientras que las grandes compañías ya vienen
precalibradas de fábrica, hay cosas que se pierden en las salas de las tiendas
departamentales. Desafortunadamente, no se trata de especificaciones sino de
realmente ponerse a ver la tele.
De entrada, cualquier televisor que altere los colores originales de lo que
se está viendo queda descartado. Lo que queremos es que se vea bien, natural,
no que tenga filtros de Instagram. Pero lo más importante, lo que más ayuda a
la calidad de la imagen, es la profundidad de los negros que puede producir tu
televisor. Si se trata de una pantalla de OLEDs ya la hiciste, pues al tener la
opción de pixeles negros, apagados, sin luz, se genera negro real. Pero si no
es OLED, busca la que tenga los negros más profundos y verás cómo todo se ve
mejor.
Lo segundo a considerar en este apartado es el contraste. Entre más alto
sea el contraste, es decir, entre más negro sea el negro y más brillante el
blanco, tendrá una posibilidad de mostrarte más colores. Entonces hay que
buscar los que tengan la mejor amplitud de saturación, para colores más
brillantes y reales, así como amplitud de color. Entre más colores reales pueda
producir, mejor se verá cualquier imagen.
7. Tips extra
Comprar un televisor no es tan sencillo como pensábamos. Pero tampoco es
algo tan difícil si ya sabemos qué es lo que queremos y recortamos así nuestro
rango de acción. Creo que los seis puntos anteriores son los más importantes a
considerar para cualquier compra, pero hay un par de pequeñas cosas a
considerar si queremos optimizar nuestra experiencia.
- Primero: todos los cables HDMI son iguales. Compra
el más barato de la longitud que necesites y ya está. Es en serio, ningún
cable se ve mejor que otro.
- Segundo: todo es “Smart TV” en estos días. Si es
Smart TV, mejor. Pero si ser Smart la hace más cara no vale la pena pagar
extra. Lo más probable es que tu Blu-Ray tenga las mismas funciones, si no
es que tu consola de videojuegos. También puedes conectar tu laptop y usar
tu tele como pantalla. Claro que siempre es preferible que no necesites
conectarle cosas extra para ver Netflix, pero si ves que es parte de por
lo cuál ese televisor es más caro que el de al lado, considera otro.
- Tercero: las pantallas curvas no se ven mejor. Pero
sí te pueden ayudar a sentirte más inmerso en tu pantalla, así que es
bueno sobre todo si vas a comprar una 4K de OLEDs gigante y piensas poner
un sillón reclinable justo al frente para jugar Battlefield 1 toda la
tarde.
- Cuarto: si vas a jugar busca un input lag bajo. Es
el tiempo que tarda la televisión en transmitir la imagen que recibe y
ponerla en pantalla. Con las tecnologías más modernas el input lag es cada
vez menor, pero como siempre puede haber un caso extraño por ahí sobre
todo cuando estás hurgando entre marcas no tan conocidas buscando ofertas
secretas misteriosas, es bueno saber que existen números para medir eso.
Si no vas a jugar es irrelevante. Y si no juegas de manera competitiva en
línea juegos de disparos en primera persona, lo más probable es que
también.
- Quinto: consigue un sistema de sonido. Si no lo
tienes ya, consíguete un sistema de sonido. Las bocinas de los televisores
modernos no son muy buenas que digamos. Si por ahora no tienes mucho más
que para el televisor, aunque sea consíguete una barra de sonido en lo que
te armas tu surround. Hay pocas cosas más decepcionantes que el sonido no
esté a la par de la imagen que estás viendo.
Ahora sí estamos listos para ir a esa tienda departamental y decirle al
vendedor exactamente qué es lo que queremos cuando nos pregunte “¿le puedo
ayudar en algo, joven?” Quizá no son todas las posibilidades, pero ahora
tendremos una idea más definida de cómo comprar un televisor y no morir en el
intento.
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