viernes, 20 de octubre de 2017

¿Cómo dar a conocer nuestra empresa en Internet?

¿Cómo dar a conocer nuestra empresa en Internet?

EL GRUPO INFORMÁTICOEL GRUPO INFORMÁTICO
MARTES, 26 DE SEPTIEMBRE DE 2017 11:38 GMT

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En el pasado, una pequeña o mediana empresa no tenía demasiadas opciones para llegar a sus clientes, porque la publicidad tradicional supone inversiones elevadas. Ahora vamos a ver cómo dar a conocer nuestra empresa en Internet, algo que también requiere planificación y estrategia, pero que está al alcance de muchas más marcas.
Las alternativas son diversas, como una página web, un blog, redes sociales, mailing masivo o banners web. Debemos escoger la que mejor se adapte a la actividad de la empresa, y elaborar una campaña que se acerque al público objetivo. Algunas de estas alternativas pueden tener un coste muy bajo, como publicar en una cuenta de Facebook, pero la inversión se vuelve necesaria llegado un cierto punto.
En cualquier caso, siempre hay que tener claro que, si nos queremos dar a conocer en Internet, hay que mostrar la mejor cara de nuestra empresa. Seamos una compañía pequeña o grande, debemos esforzarnos para que estas herramientas de marketing digital nos beneficien.
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La importancia de la presencia digital
Lo primero a considerar es que los usuarios nos deben encontrar fácilmente si nos buscan, ya sea por el nombre de la compañía, su sector o productos. Necesitaremos una página web bien posicionada en Google, desde luego, y en ella no estaría de más un blog en el que contar las novedades, y ofrecer otros contenidos. Si vendemos online, está claro que nuestra página ha de estar fuertemente conectada con la tienda, o ser directamente una tienda online.
No podemos olvidar la presencia en las redes sociales. Será necesaria una cuenta en Facebook, Twitter y, seguramente, también en Instagram. Las actualizaremos de forma frecuente con contenido de calidad, y responderemos a los usuarios. Tampoco estaría de más tener canal en YouTube: aunque grabemos pocos vídeos, hay que valorar la importancia del contenido audiovisual. Además, ahora WhatsApp entrará en el mundo de las empresas, para facilitar la atención al cliente.
Acercándose más al cliente
Una vez tenemos nuestro hueco en Internet, nos podemos dar a conocer de forma más directa, es decir, ir a por el cliente. Por ejemplo, mediante publicidad web en forma de banners, o en las redes sociales. Si no conseguimos el posicionamiento que nos gustaría en los buscadores, también ellos ofrecen publicidad.
Otra alternativa es enviar email masivo para llegar a muchos usuarios por medio del correo electrónico, y también están cobrando relevancia los influencers, personas populares en las redes sociales que promocionan a diversas empresas y marcas.
El marketing digital no es caro, pero debemos tener claro a qué público nos dirigimos, tanto para escoger el sistema como el contenido. Por ejemplo, algunas compañías generan campañas virales para intentar que sean compartidas por los propios usuarios, pero es un concepto que no resulta adecuado para la imagen de todas las empresas.
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La importancia de la reputación online
Una diferencia clave con otras formas de publicidad es que en Internet los usuarios tienen voz. Por lo tanto, resulta imprescindible responder sus dudas, consultas y protestas. Una gran campaña de marketing puede no servir de nada si nuestra marca o alguno de sus productos se ven envueltos en polémicas.
Si en las redes sociales o en los buscadores solo se leen quejas y malas opiniones sobre nosotros, eliminar ese contenido no solo resulta complicado, sino que la empresa puede acabar incluso más perjudicada. Por lo tanto, el objetivo es cuidar al cliente desde un principio, siendo transparentes y ofreciendo soluciones antes de que los problemas se agraven.
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Ya hemos visto que dar a conocer nuestra empresa a través de Internet es posible, y existen alternativas para todos los presupuestos. Solo hay que considerar que, el contrario que en la publicidad tradicional, los consumidores tienen mucho que decir, y se vuelve imprescindible cuidarlos al máximo.

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