¿Cuáles son las ventajas de la
carga inalámbrica en una tablet?
Muchos
fabricantes se están animando a integrar sistemas de carga inalámbrica en sus
dispositivos móviles o, al menos, a facilitar su uso de alguna forma. El
estándar Wireless
Qi, hoy en día, se ha convertido en un
tecnología básica al respecto y firmas tan importantes como Nokia, HTC, LG,
Google o Samsung están posibilitado de forma directa o indirecta su uso en
varios de sus equipos. Os resumimos las ventajas y los inconvenientes de
estos sistemas de carga.
Si no
estamos equivocados, el nuevo
Nexus 7 de Google y Asus es la primera tableta en
incorporar el estándar Wireless
Qi, y esperemos que a este modelo le sigan
muchos otros. No vamos a afirmar de manera rotunda que la carga inalámbrica sea
mejor, pero contar con diferentes
opciones para utilizar y cuidar los equipos a
nuestro gusto siempre es interesante.
Ventajas
de la carga inalámbrica
Estas
bases de carga presentan numerosos
aspectos positivos, aunque para nosotros el principal es que
cuando la tablet o el teléfono están completamente cargados, el sistema se detiene de forma automática. Las
baterías de ion de litio sufren si las mantenemos conectadas a la corriente eléctrica
mucho más tiempo del necesario. De esta forma, podemos dejar el dispositivo
sobre la base de carga durante toda la noche sin temor a “quemar” la batería de
forma prematura.
Siempre
tendremos el
dispositivo cargado. Basta con buscarle a la base un lugar
que nos guste y acostumbrarnos a dejar sobre ella nuestro teléfono o tablet,
como decimos, el aparato se encarga de auto-regular la carga.
Con
estos sistema también nos evitamos
dañar el conector de carga y, con
ello, una posible avería a solucionar. Además, es más cómodo simplemente
depositar la tableta que andar buscando la conexión y dándole (a veces) vueltas
al cable micro USB para encontrar la posición correcta.
Pero no
todo son ventajas
Hay
algunos aspectos más
controvertidos acerca
de este tipo de tecnologías. Lo primero, el cargador se debe comprar aparte y su
precio suele rondar, en mejor de los casos, 20 o 25 euros. Aún así, como se trata de un estándar, a
menos que vayamos a mudarnos a un fabricante “singular”, podremos usar el
aparato durante varias
generaciones.
Algunos
usuarios también comentan que este sistema tarda más en
recargar los equipos. Es el efecto negativo de resultar menos “agresivo” con las
baterías, sin embargo, la demora puede rondar los 20 minutos, no mucho más. En
un tiempo de carga de dos horas apenas se nota, la verdad, sobre todo si nos
organizamos y nos acordamos de darle un uso constante.
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