¿Cómo es posible que el móvil sepa dónde estamos?
ABC Tecnología
jueves, 20 de marzo de 2014 1:52 GMT
jueves, 20 de marzo de 2014 1:52 GMT
En la actualidad el mundo está muy
conectado. Móviles inteligentes que funcionan como mini ordenadores con
conexión a internet, cambian poco a poco la forma de vivir. Bajo esa premisa, y
con esos instrumentos, es poco probable que alguien se pierda en mitad de la
ciudad. Aunque es muy sencillo preguntar en la calle a algún transeúnte por una
dirección,muchos optan
por recurrir a otro compañero fiel, el smartphone.
Basta con entrar en alguno de los servicios de mapas (Google Maps, Here, Apple Maps), pulsar sobre el icono de «Mi ubicación» y ocurrirá la magia: la aplicación te ubicará en mitad del mapa, en la calle específica. El usuario con esa información puede emprender su camino o reajustar la ruta.
Basta con entrar en alguno de los servicios de mapas (Google Maps, Here, Apple Maps), pulsar sobre el icono de «Mi ubicación» y ocurrirá la magia: la aplicación te ubicará en mitad del mapa, en la calle específica. El usuario con esa información puede emprender su camino o reajustar la ruta.
Los móviles más nuevos (desde hace un par
de años para acá) incorporan receptores de GPS, o es decir, del Sistema de Posicionamiento Global. Dichos
terminales pueden dar la ubicación exacta. Pero el móvil también puede saber
dónde está a través de otras señales, bien sea porque el GPS está apagado o porque el equipo no cuenta
con esa opción.
Un teléfono móvil, explican desde «howstuffworks», es un sistema
sofisticado de radiocomunicaciones. Hay torres con antenas (estaciones
base) y la red se
dispone en múltiples celdas o células, que
se encargan de enviar
y recibir esas señales de radio. Los
móviles tienen trasmisores de baja potencia que le permiten comunicarse con la
antena de la estacion base más cercana.
Mientras una persona de desplaza de un
lado a otro con su móvil, el terminal
va saltando de una celda a otra en busca de «señal». Las
estaciones base se encargan de monitorizar la fuerza de señal del móvil.
En sitios más rulares o remotos, las
torres de comunicación suelen estar muy separadas y por eso a veces la señal es
irregular, explican. La señal también se puede interrumpir en lugares con
muchas montañas o edificios altos.
Un móvil sin
GPS puede proporcionar información de su ubicación, esto
gracias a la forma en a que se comunica con la red de telefonía en general. Un
ordenador o una aplicación en el móvil puede determinar la localización gracias a tres cosas: la
aproximación a la torres de telefonía; por el tiempo que tarda la señal en ir
de torre a torre y por último, por la fuerza de la señal recibida. La
localización ocurre gracias a la multilateralización (triangulación, combinación) de las
señales de radio entre (varias) torres de radio de la red y el teléfono.
Este método sin GPS es menos preciso. Esto
debido a los múltiples obstáculos que se pueden atravesar en el camino de la
señal, bien sea árboles, edificios, montañas. Es por eso, que programas como
Google Maps en el móvil, generalmente recomiendan encender el GPS para obtener información más precisa.
En caso de no tener esa opción, la
aplicación también advierte del margen de error (en metros) que puede haber en
la localización. Esa inexactitud también se plasma en otras aplicaciones, como
Facebook (móvil), que permite hacer «check» en el lugar desde dónde se escribe
el post, o Facebook Messenger, que informa sobre el sitio dese dónde llega el
mensaje.
Cuando no se tiene activo el GPS muchas
veces la localización toma como referencia la torre más cercana de telefonía y
por eso aparece un pueblo, barrio o calle distinta a la que está la persona,
aunque, generalmente está relativamente cerca.
¿Cómo funciona con GPS?
El Sistema de Posicionamiento Global (GPS) es una
red compuesta por cerca de 30 satélites que orbitan la Tierra a una altitud de
20.000 kilómetros. Según explican desde Intitute of Physics, es un sistema
diseñado originalmente por el gobierno
de los Estados Unidos para la navegación militar. Hoy
en día, es una tecnología accesible para muchos, bien sea desde un móvil, o un dispositivo portátil de GPS, como
los que se instalan en los coches. Cualquiera de esos terminales puede recibir
las señales que los satélites envían.
Intitute of Physics señala que
hay por lo menos cuatro satélites de GPS que están visibles en cualquier
momento. Cada uno de ellos trasmite una señal sobre su ubicación en intervalos
de tiempo regular. Dichas
señales viajan a la velocidad de la luz y son interceptadas por el «receptor de
GPS», llámese Sony Xperia, Nokia X, iPhone 5
o Garmin. El receptor calcula a qué distancia está de cada satélite según el
tiempo que le tomó recibir el mensaje.
Debe hacer esto no sólo con la señal de un
satélite, sino con la de al menos tres de ellos. El receptor debe «triangular» las señales y
gracias a ellas puede determinar su ubicación. Este proceso es denominado trilateración.
Cuantos más satélites «vea» el dispositivo, mayor será la precisión con la que
la unidad GPS puede determinar dónde se encuentra.
Por cierto, los satélites de GPS cuentan a
bordo con un «reloj atómico». Estos relojes son mucho más precisos que los
habituales y dan la hora exacta de la señal.
Hay otro sistema de posicionamiento basado en Wi-Fi (WPS).
Éste se ultiza cuando el GPS no es apropiado, como en el interior de un
edificio que bloquea la señal. El posicionamiento Wi-Fi aprovecha los puntos de
acceso inalámbricos en las áreas urbanas. En estos casos se utiliza la
intensidad de la señal recibida. Este sistema se utiliza muchas veces en
combinación con el GPS, por eso, es común que al abrir Google Maps en el móvil,
la «app» también recomiende encender el Wi-Fi del teléfono.
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