Las dificultades del mundo digital
Unocero.com
domingo, 16 de marzo de 2014 23:49 GMT
domingo, 16 de marzo de 2014 23:49 GMT
Hoy pareciese que todos son ventajas en el
mundo digital. Se pueden transmitir a miles de kilómetros, casi
instantáneamente, documentos completos en formato electrónico, PDF, EPub,
etcétera. De a música ni hablar, que ya se ha digitalizado desde hace años y
con los formatos de compresión, como mp3, y además, el acceso a banda ancha,
pues tenemos que la música de todos los géneros está en muchísimos dispositivos
móviles, teléfonos, ipods y tablets. Con respecto a las imágenes, evidentemente
tenemos también gigantescos acervos digitales de fotografías.
Pero todo esto conlleva una dificultad:
¿cómo le vamos a hacer para guardar toda esta información en el transcurso de
los siguientes años? Porque es claro que sí, cada vez se digitalizan más cosas,
pues el manejo digital siempre es mucho más simple que el manejo de otros
formatos, y por ende, la información crece y crece.
Pensemos en los años en donde había Apple
//e, con discos flexibles, floppies, de 77K bytes por lado, es decir, uno podía
almacenar programas en medios en los que hoy día no cabe siquiera una imagen de
no muy alta resolución. Y es cierto que todos los días se están creando nuevos
medios que pueden almacenar cada vez más ceros y unos. El CD, hace unos años,
podía guardar la generosa cantidad de 650 MBytes, aproximadamente. Ahora esto
parece ridículo e insuficiente. De hecho, la siguiente tecnología nos trajo el
DVD, el cual puede guardar a grosso modo, unos 5 GBytes. Y resulta que esto
parece tampoco ser suficiente. Las necesidades del mundo digital nos obligan a
requerir cada vez más de medios de almacenamiento y esto, aunque está bajando
de precio, es una parte que finalmente tiene su costo.
Hoy podemos ver memorias USB con 2, 4, 8,
16 y 32 GBytes a precios relativamente sensatos, pero más almacenamiento
requiere de más dinero en la cartera y todo parece indicar que la misma
tecnología nos empuja a ir siempre por más capacidad para guardar los
contenidos digitales. Pero el problema no es sólo guardar más información, sino
saber que esa información la podamos recuperar cuando la necesitemos. Eso
implica hacer respaldos. Por ejemplo, yo tenía un disco de un terabyte que
estaba usando para respaldar mi información. Hasta el momento en que ocurrió un
desastre, llevaba unos 250 GBytes respaldados, pero en ese momento el disco
falló. Aparentemente podré arreglarlo yendo con un especialista para que
rescate mis datos, pero ojo, el disco duro era sólo de respaldos, no lo usaba
para ninguna otra cuestión y falló. La tecnología no tiene palabra de honor,
¿verdad?
Así pues, si hubiese querido respaldar ese
disco duro tendría que haber comprado unos 50 DVD y empezar a copiar la
información del disco de 1 Tbyte. Pero eso no es suficiente. Los discos
grabables tienen una vida útil, pues el sustrato en donde uno escribe tiende a
degradarse en el futuro. Así, puede pasar que nuestros respaldos no se puedan
leer o bien, se lean con errores en algunos casos después de algunos años de
haber hecho esos respaldos. De nuevo, respaldar -aunque protege- no es la
solución final.
¿Qué debemos hacer entonces? Yo pienso que
la solución es la nube, sí, en donde por una cuota al mes podré subir toda la
información que quiera y en donde el proveedor de este servicio me garantizará
que no la perderé. ¿Qué harán los que tengan este negocio? Buscarán
procedimientos para minimizar la pérdida de daos y tendrán sistemas
distribuidos que se pagarán (incluso con utilidades para la empresa) con las
cuotas de los abonados.
La ventaja de la nube es clara: nuestros
datos siempre podrán estar accesibles sin importar en qué máquina estemos. Si
nuestra computadora se arruina, nuestros datos se podrán descargar en la nueva
máquina sin problemas. Ésa parece ser la gran solución, pero hoy día un tema
ensombrece esta posibilidad: la seguridad de nuestros datos.
La pregunta es ¿cómo los proveedores de la
nube van a garantizar que nadie verá mis datos? La palabra del proveedor no
parece ser suficiente pues ya en Estados Unidos, por ejemplo, la Agencia
Nacional de Seguridad, NSA, probó que podía meter sus narices donde se le
antojara. ¿Qué seguridad podrán tener los datos? Nadie lo sabe. Es claro que es
un tema muy sensible para todos y pienso que mientras esto no se solucione, la
nube estará dando saltos aquí y allá buscando posicionarse. ¿Lo logrará?
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